El edificio, en un estilo muy personal de los dos arquitectos, que posteriormente desarrollarán en el Hospital de Jornaleros de Maudes, bebe de diversas fuentes que se integran en un conjunto coherente: el neogótico, especialmente la obra de Viollet-le-Duc, los hallazgos de sinceridad estructural y de materiales de arquitectos e ingenieros como Gustave Eiffel y Otto Wagner, y la pasión de Palacios por los estilos regionales españoles, específicamente el gótico tardío y la obra de Rodrigo Gil de Hontañón.
Una de las anecdotas de este edificio más comentadas sucede cuando León Trotski visitó Madrid en los años 30, al comienzo de su exilio. Lo pasearon por el centro de Madrid y al ver el edificio de Correos y Telégrafos quedó tan sobrecogido por su monumentalidad que lo denominó Nuestra Señora de las Comunicaciones.
El edificio fue diseñado como una "Obra de arte total" (en alemán, Gesamtkunstwerk) en la que el mínimo detalle, desde las luminarias hasta los pupitres de la Sala de operaciones o el sistema de ventilación, forman un conjunto artístico unitario al servicio de su función como Casa de Correos. Ha sufrido una reforma para adaptarlo a la nueva sede del Ayuntamiento.
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